sábado, 25 de abril de 2009

Partir.


Hoy hace un mes, fui para mi tierra "Gipuzkoa" a visitar a mi amatxo (madre). Lo que en un principio parecía una visita más, terminó con el ingreso de ella en el hospital; una convalecencia y al final su fallecimiento el pasado sábado día 18 de Abril.
A sus 88 años, "partió" Asunción (Txuntxun para la familia), hacia un nuevo destino.
Durante esos días disfrute de su presencia, hubo tiempo para compartir, cuidarla, mimarla, meditar y reflexionar sobre el sentido de la vida y tomar decisiones.
Me he sentido arropado y consolado por mi familia, amigos y allegados. Agradezco el trato que recibió mi "amatxo" en el Hospital Comarcal de Zumarraga; por parte del servicio médico y sobre todo a las enfermeras, por su trato profesional y humano, siempre con un gesto amable, cariñoso y esmerado... Ezkerrik asko (Gracias).

Ha sido una experiencia por momentos dura e impactante. No estamos acostumbrados a sentir la muerte como algo cotidiano y cercano. Cuesta asimilar la temporalidad de nuestra vida e imaginar que a todos nos aguarda este final.
En algunos cementerios de mi tierra, en el dintel de la entrada, suele figurar una frase "Gaur ni, bihar zu" (Hoy yo, mañana tú)

“Hijo mío, derrama lágrimas por un muerto y entona la lamentación que expresará tu dolor. Luego entierra su cuerpo como se debe, no descuides nada referente a su sepultura. Gime amargamente, golpéate el pecho, haz el velorio como conviene por uno o dos días para marcar la separación, y luego consuélate de tu tristeza. Porque la tristeza lleva a la muerte y la pena interior consume las energías. Que la tristeza acabe con los funerales; no puedes vivir siempre afligido. No abandones tu corazón a la tristeza, échala y piensa en tu propio fin. No lo olvides, es sin vuelta. Tú te perjudicarías y no le harías ningún bien. Acuérdate de mi sentencia que un día podrás repetir: “¡Ayer fui yo, mañana serás tú! Desde el momento que el muerto reposa, haz que también repose su recuerdo; consuélate desde el momento que haya expirado”. (Eclesiástico 38, 16-23)

Me viene a la memoria una frase atribuida al presentador Jesús Hermida, en la que dice: "Si un actor sube al escenario y no se pone nervioso, es que esta muerto".
Pues así me siento yo, "nervioso" en el escenario de la vida, con ganas de vivir, con ilusión, con deseos de iniciar nuevos proyectos vitales... esta experiencia de la muerte de mi madre, me ha hecho cuestionarme, valorar que es lo verdaderamente importante y al mismo tiempo ver lo que tengo y he cosechado a lo largo de mi vida.
Decir que me siento bien, satisfecho, colmado de sentimiento, cariño y en definitiva amor.

Buen viaje amatxo...
Hoy 6 de Noviembre, leyendo un libro (La Buena Crisis.-Álex Rovira) he encontrado el siguiente párrafo al hilo del articulo:
ENCUENTRA UN SENTIDO A TU DOLOR. Vive el duelo por lo que hayas perdido. No lo niegues y complétalo. Pero quédate con lo bueno del pasado, con lo mejor de lo vivido. Agradécelo siempre que el recuerdo venga a tu memoria y haz que esa gratitud crezca en ti y se convierta en un don que podrás entregar a los demás para que sus duelos sean más soportables y sus vidas, más buenas y bellas.
Y, sí, rindámonos al proceso del duelo que genera la pérdida. No hay otra opción. Es imprescindible pasar por él para renovar nuestra consciencia, integrar lo bueno que queda en nosotros tras haber perdido lo amado, porque no podemos retener más que la experiencia de lo vivido. Y, finalmente, sigamos andando con gratitud por lo aprendido y por lo que está por venir. No con ingenuidad, sí con profunda voluntad de encontrar un sentido que nos refuerce y haga crecer.
Al final la belleza de la existencia reside en ese vaivén entre días excelentes, regulares y malos. Las almas felices saben apurar los placeres, bendecir la calma y relativizar los sinsabores. Viajamos por una gran montaña rusa en la que a veces estamos arriba, y a veces abajo.

1 comentario:

  1. Doy gracias por tener unos amigos como vosotros y que por desgracia tenemos que compatir las mismas desilusiones pero tambien las alegrias. Tambien me siento como si te arrancasen un pedacito de ti por la muerte de mi padre pero doy gracias a Dios por la familia que me arropa y la satisfaccion de haberle dicho todo lo que lo queria y la educacion que me ha regalado y que yo podré enseñar a mis hijos.Muchas gracias Javier y Vicenta.

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